domingo, 26 de septiembre de 2010

Richard Buckminster, y la eficiencia del diseño


Un artículo de Antonio Muñoz Molina en el País, me ha hecho recapacitar nuevamente sobre la eficiencia del diseño (también comentada la exposición, en nuestro foro).
La afirmaciones de Richard Buckminster Fuller respecto a la mucha mayor eficiencia de un barco de vela (idea de diseño absolutamente popular) en comparación con la inmensa mayoría de los diseños de su época (que no es otra, que la nuestra...), no hacen más que remarcar mi idea de que, casi siempre, las mejores y mas eficientes máquinas y utensilios, no son realizadas por diseñadores, ingenieros o arquitectos. Resulta difícilmente valorable el reparto entre las distintas profesiones y actividades que pudieran intervenir, pero lo que no cabe ninguna duda es de que el diseño suele ser una aplicación del ejercicio del sentido común.

Y de esto (de sentido común), en casi todo lo relacionado con la actividad en la mar, se está absolutamente sobrado...

En muchas ocasiones, cuando menciono mi colección de más de trescientos plomos de pesca, la gente me mira con cara, entre estupefacta y asombrada. No tengo ninguna duda de que no entienden nada...

Pues este mi afán por los instrumentos y utensilios marinos, mucho tiene que ver con mi admiración por los "diseños" populares y absolutamente eficientes que, como afirma Fuller hablando sobre el barco de vela, se dan en infinidad de los relacionados con la mar. Esta eficiencia, curiosamente, suele estar ausente en infinidad de ocasiones, en el diseño supuestamente "culto..."





Plomo ideado para la pesca al lanzado entre las rocas y rompientes marinas. La imagen superior, en su configuración inicial al ser utilizado.
El plomo se engancha entre las rocas y de esa forma mantiene fijo el aparejo de pesca pese a las grandes corrientes que se dan en esos medios. Cuando se desea recoger , no hay más que dar un tironcito y el plomo pasa a la configuración de la imagen intermedia y finalmente a la imagen inferior. Ello le desengancha de las rocas y fondos y le hace flotar sobre el agua al ser recogido, (pese a sus 160 gramos de peso) evitando así, los enganches y pérdidas.
El transformar un ancla (configuración original de los ganchos) en un timón (una vez en su configuración final) compaginado con las "alas" de su diseño, hacen que suba a la superficie y "resbale" por ella mientras se recoge.
¿Alguien puede dejar de sorprenderse por este diseño absolutamente eficiente?

Y además de esto, su magnífico diseño funcional, por honrado, le hace ser curiosamente llamativo y atractivo.








No hay comentarios:

Publicar un comentario





Copyright de Javier Azurmendi (Madrid) para el conjunto del blog. Todos los derechos reservados sobre el contenido de esta páginas. Se han realizado los depositos de registros y requisitos legales. Javier Azurmendi, no se hace responsable de las consecuencias derivadas de seguir sus métodos o consejos,expuestos en esta u otras páginas de su propiedad. De igual forma, javier azurmendi no comparte, necesariamente, las opiniones o consejos expresadas en estas páginas por otros autores.