martes, 2 de julio de 2013

País de trepas, trepillas, tramposos y mentirosos



Carta enviada a la dirección de DSS Magazine en el día de hoy

"Estimado Miguel Albarracín:
En un número de su publicación, se relata una entrevista a Jorge Allende (se  presenta como fotógrafo de arquitectura), donde se afirma que esta persona ha sido ayudante profesional mío durante los años 2001 y 2002. 

Como eso es absolutamente falso (lo conocí en un foro y le hice el favor de que me acompañara como portamaletas en algún viaje de trabajo) , quisiera que dejara claro en su publicación (como mi derecho legal a réplica) la citada información pues, lo publicado, puede llevar a engaño a muchos de sus lectores y hacer  interpretar cierta experiencia profesional con mi persona, absolutamente falsa y carente de todo valor profesional. Ni adquirió ninguna experiencia profesional fotográfica con mi persona, salvo cargar maletas y bultos (ABSOLUTAMENTE NINGUNA), ni ha estado dos años con mi persona (ABSOLUTAMENTE FALSO). 

Sí, resulta veraz que nos conocemos, casi de vista, al igual que a muchos otros compañeros de otros foros y alumnos que en alguna ocasión me han acompañado o muchos principiantes que habitualmente me visitan o me solicitan trabajo.
Sin otro particular, reciba un cordial saludo"

Y esto, que parece una excepción, resulta ser la regla en este país de trepas, trepillas, tramposos y mentirosos.
Como en una ocasión que relató un catedrático recién nombrado a las preguntas de uno de sus amigos, en el sentido de si no tenía miedo a que alguien, por envidia tras su nombramiento, le difamara o hablara mal de él en cualquier otro ámbito académico. Éste, contestó tranquilamente:

"No. No tengo ningún miedo pues jamás he ayudado a nadie..."

Resulta sorprendente que los peores enemigos siempre son, en general, a los que mas se ha ayudado en algún momento de su vida profesional o personal. Así me ha sucedido también a mi, con algunos de los componentes del Foro de arquitecturaenimagen y otros de Photogallerybank, así como en otros foros donde, en la práctica,  he dado clases de forma pública y gratuita, sobre algunos sistemas originales para la arquitectura (absolutamente propios), sin pedir nada a cambio (esto último, al tiempo, les saca de quicio y reaccionan con una virulencia que suele ser tremenda...). 

El colmo ha sido con el banco de imágenes Photogallerybank, donde a uno de estos personajes desagradecidos que empiezan, se le hubo de prohibir la entrada por vender reportajes conseguidos en nombre del Banco de imágenes,  comercializándolos descaradamente fuera de él.  Naturalmente, en otros ámbitos, se dedicó a comentar que en Photogallerybank todo el mundo protestaba pues el único que hacía los trabajos de los demás, era yo;  que él se marchó por esa razón... La otra explicación, ¡la real!, es que el único que conseguía trabajo, comercializándolo a través de Photogallerybank, era yo -naturalmente para mi ¿alguien regala su trabajo?-, mientras otros estaban a ver si les caía algo sin realizar ningún esfuerzo, o haciendo trampas (como el caso relatado).

Y lo de traicionar al que te ha ayudado, ha de tratarse de alguna figura psicológica a la que hay que matar simbólicamente, como a la figura del padre de Sigmund Freud, para poder independizarse y hacerse adulto (o intentar ser profesional de la imagen).

"Conociéndote como te conozco (me dijo en una ocasión uno de estos "agradecidos"), tu no das ninguna puntada, sin hilo...".
Creo que en ese momento descubrió que los niños no vienen de Paris o que, por el mero hecho de haber nacido, él no tiene derecho a que le preparen gratuita o desinteresadamente en una profesión y, además,  le regalen trabajo para que pueda subsistir ...

Resulta también curioso que entre algunos clientes novatos sucede lo mismo: cuando ya los has hecho conocidos a base de un trabajo serio de imagen de calidad, y potente difusión  (a lo que nos hemos dedicado algunos de los que vivimos de esto, a lo largo de muchas publicaciones por todo el mundo; naturalmente en base a una arquitectura de calidad, aunque no en todos los casos...), llega un momento en que suelen traicionarte con desaires continuos y sin venir a cuento. Antes, eras su amigo y te llamaba por tu nombre; después, como "el fotógrafo"...; una cierta forma de diluirte entre esa "nube de fotógrafos" (según su particular visión) que le persiguen y le molestan continuamente para publicar su obra en las revistas especializadas.

También aquí siempre sucede lo mismo: cuando regresan a la realidad y reaccionan valorando lo perdido por su estupidez, pretender retomar el camino perdido. En esta profesión (como en otras cosas) las oportunidades hay que tomarlas de buena fe y cuando se presentan,  pues, no suelen existir segundas partes casi nunca...

Afortunadamente, en lo primero, siempre  hay alguna excepción...








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